Vitalik Buterin señaló recientemente que los tokens vinculados a políticos podrían servir como herramientas para el soborno.
Pero creo que no es tan sencillo.
Tomemos el token $TRUMP como ejemplo: el 80% del suministro está concentrado en la dirección del emisor, y es probable que el emisor esté conectado al político o incluso completamente controlado por él. Si alguien comprara tokens directamente del emisor y luego una decisión política favoreciera a ese comprador, el soborno sería evidentemente obvio, después de todo, las cadenas de bloques públicas son transparentes.
Así que, probablemente Vitalik se refería a un esquema diferente: donde el soborno ocurre comprando tokens en el mercado abierto, no directamente del emisor. Tales compras aumentarían el precio del token, incrementando así el valor de la reserva del 80% que posee el emisor.
Pero aquí está la parte interesante. Este tipo de soborno no solo beneficiaría a los políticos, sino también a sus seguidores. Cuando compramos un activo criptográfico, generalmente significa que creemos en el proyecto detrás de él y queremos apoyarlo, al menos en el momento de la compra. Esta lógica se aplica a todas las criptomonedas, ya sea $TRUMP, $ETH o cualquier otra. De hecho, incluso se aplica a las acciones.
La diferencia es que con las acciones obtenemos una parte del negocio y sus beneficios. Con las criptomonedas, principalmente no recibimos nada más que un sentido de pertenencia al proyecto. La excepción son proyectos como ViteX, que distribuyen beneficios entre los poseedores de tokens.
Pero ahora podríamos ver un escenario donde las personas que apoyan a un político comprando sus tokens también podrían beneficiarse directamente si ese político permanece en el poder.
¿O cree Vitalik que el soborno no existiría sin los tokens? Creo que sí existiría; solo ocurriría sin beneficiar a la gente común.
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