Según JPMorgan, la principal fuerza detrás de la caída actual en los precios de Bitcoin y Ether son los inversores minoristas. En noviembre, vendieron alrededor de $4.000 millones en ETFs spot.
Sinceramente, esa explicación suena convincente. Este comportamiento encaja perfectamente con la mentalidad de los inversores e incluso de los fondos de inversión. Al fin y al cabo, ¿qué es una inversión? Le das a alguien dinero para que haga crecer un negocio y, a cambio, recibes una parte de ese negocio y/o de sus beneficios futuros. Cuando el negocio da ganancias, los inversores mantienen su participación. Cuando empieza a generar pérdidas, los inversores salen: no quieren mantener activos que los arrastran hacia abajo.
Los participantes del mercado tratan las criptomonedas exactamente igual:
Ves una pérdida — vendes.
Así que no es de extrañar que después de la gran vela roja de octubre, comenzaran las ventas.
A primera vista, da la sensación de que solo tenemos que acostumbrarnos a esta nueva lógica de inversores que entra en el mercado cripto. Es algo a lo que cripto no está exactamente acostumbrado. Aquí, a gente así siempre se la descalificaba como "manos débiles", "hámsters" o "pasajeros extra que deberían ser arrojados antes de que el cohete despegue hacia la Luna". Pero los nuevos jugadores traen nuevas reglas — y bajo esas reglas, ese comportamiento no solo es normal, se considera el enfoque correcto.
Aun así, hay una pregunta que vale la pena hacerse. Sabemos quién está vendiendo ahora mismo.
¿Pero sabemos quién está comprando?
Porque los que moldearán el próximo capítulo del mercado cripto no serán los que hoy están deshaciéndose de sus monedas — sino los que las acumulan en silencio.